EDUCACIÓN, UNA
ASIGNATURA PENDIENTE
Somos muchos los ciudadanos que entendemos que cuestiones fundamentales para
todos como la política exterior, la educación, la sanidad o la justicia, no
deben seguir estando a merced de las decisiones arbitrarias de unos u otros
gobernantes. Nuestra democracia no alcanzará su mayoría de edad hasta que seamos
capaces de acordar pactos de Estado sobre todos estos asuntos.
La guerra de Irak puso sobre la
mesa, descarnadamente, las contradicciones entre la política exterior del
gobierno y el sentir de la mayoría de los ciudadanos. Los Foros Sociales supimos
canalizar ese malestar y lograr que la voz del pueblo fuera tenida en cuenta.
Aunque menos sangrante en apariencia, hoy estamos ante una brecha, que lejos de ser nueva, supura periódicamente. En los últimos 15 años hemos pasado por tres sistemas educativos y ya existe un nuevo anteproyecto para el cuarto. La educación, pues, es un instrumento partidista al servicio de intereses políticos y así cada cambio de gobierno supone una reforma educativa, que obedece a intereses espurios y no resuelve los auténticos problemas como el descenso de la calidad de la enseñanza y la conflictividad en las aulas. Todos los profesionales de la enseñanza sabemos el coste real de cada cambio “arbitrario” de la ley. Los ciudadanos nos merecemos una política de altura, una política con miras al futuro y basada en objetivos a largo plazo.
Tal vez los mismos Foros que lideramos el ¡No a la Guerra! debiéramos promover el ¡Sí al pacto de Estado en Educación! Así lograríamos desligar este debate de lo estrictamente político y situarlo dónde siempre debió estar, porque del futuro de nuestra educación depende en buena medida nuestro futuro como sociedad civilizada.
27 de Mayo de 2005.